domingo, 30 de septiembre de 2012

La esperanza de los primeros cristianos


Lectura bíblica: 1 Tesalonicenses 4:13-18 (13b “…Para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”).
4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

En muchos debates sobre la escatología y apocalíptica cristiana algunas personas me han preguntado ¿en qué sentido la segunda venida de Cristo era un mensaje de esperanza para los primeros cristianos? Si al final todos ellos murieron sin presenciar la realización de esa promesa, ¿puede Dios prometer algo a una generación y cumplirlo miles de años después?, ¿tiene eso sentido? Quizá usted se ha cuestionado lo mismo.

El mensaje escatológico de la segunda venida de Cristo fue y es tan importante en el mensaje cristiano que es necesario comprenderlo correctamente para evitar frustraciones infundadas. Este mensaje fue tan importante para el apóstol Pablo que la primera carta que escribe a las iglesias está cargada de este mensaje esperanzador. Recorramos algunos pasajes de la primera epístola a los Tesalonicenses que nos ayudarán a entender el propósito fundamental de esta promesa.

Dios no ilusionó a los primeros cristianos prometiéndoles algo que no verían. Llenó sus corazones de gozo (4:13), les dio identidad (4:14), no les dio una esperanza sólo para la muerte, sino para la vida (4:15), realza la gran toma de poder (4:16), y lo más importante, el punto donde reposa la espera de la gran promesa, la actitud con la que debemos esperar la parusía (5:4,5).

Dios nos hable a cada uno conforme a su soberana Palabra.

Ptr. José L. Verdi

 

sábado, 22 de septiembre de 2012

La apostasía de este mundo


Lectura bíblica: Mateo 13: 24-30

 13:24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;13:25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.13:26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.13:27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?13:28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?13:29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.13:30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Entre las  señales que anuncian la segunda venida de Cristo se encuentra esta que se describe muy bien en el evangelio según San Mateo y se la puede completar con las descripciones de Lucas respecto a la parábola del sembrador y las tres clases de tierra en el capítulo 8.
El crecimiento de la iglesia de Jesucristo es innegable, pero también lo es el de la pseudo-iglesia cristiana, la que adopta diferentes nombres según las culturas y los hemisferios en que se establezcan.
Esta mañana quiero presentarles datos que revelan el crecimiento de la iglesia cristiana, pero también quiero mencionar lo que sucede con las sectas.
La parábola del trigo y la cizaña describe muy bien este fenómeno y otros pasajes de las sagradas escrituras nos advierte sobre las acciones de los falsos maestros y profetas de este mundo que mutilando la verdad engañaran a muchos.
De la misma manera nos instruye y nos guía de la forma en que debemos proceder con estos grupos que son la cizaña de este mundo.
La sana doctrina es el gran desafío de la iglesia de hoy. Debemos estar listos para sufrirla, anunciarla y proclamarla a todos sabiendo que el ES obra en todos con poder.
Dios nos bendiga y nos guarde en su mano, tal como lo menciona el Salmo 31 cuando dice “en tus manos están mis tiempos”.
Pastor Roberto Proaño
  



domingo, 16 de septiembre de 2012

Ciencia y fé


Lectura bíblica: Eclesiastés 1: 1-18 (18)
1:1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 
1:3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? 
1:4 Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. 
1:5 Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. 
1:6 El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 
1:7 Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. 
1:8 Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 
1:9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 
1:10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. 
1:11 No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. 
1:12 Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén. 
1:13 Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él. 
1:14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. 
1:15 Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.
1:16 Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. 
1:17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. 
1:18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.

Al revisar los hechos que anuncias el fin de los tiempos, bíblicamente tenemos la obligación de estudiarlos y a la luz del conocimiento de la ciencia explicarlos.
El fin del mundo tiene diferentes perspectivas, de acuerdo a las creencias que las personas tengan, de modo que existen infinidad de versiones.
En estas semanas nosotros estamos abriendo la palabra de Dios y revisamos los hechos allí narrados.
En varias oportunidades he escuchado argumentos como para plantear un debate con el tema de ciencia y fe, colocándolos a uno contra el otro.
Me parece que es un primer error, porque si la persona es un científico no le es prohibido tener fe en Jesús.
Hoy utilizaré el libro de Eclesiastés, escrito por el sabio rey Salomón, hijo de otro rey como lo fue David. Se lo conoce como el rey sabio, en base a una historia muy particular que la relataré a la luz de las escrituras.
Quiero rescatar de este personaje el valor de reconocer que en la vida ni la sabiduría ni la ciencia finalmente son lo que se debe procurar, es el desarrollo espiritual entendido como la relación personal con Dios la que interesa.
Recreemos esta historia y coloquemos en su verdadera dimensión a la ciencia y a la fe.
Conocer y creer son el resumen de la ciencia. Creer sin conocer es el resumen de la fe.
Dios nos aumente la fe. 
Pastor Roberto Proaño

domingo, 9 de septiembre de 2012

El poder de la resurrección


Lectura bíblica: Juan 11:17-44 (25)

11:17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
11:18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
11:19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
11:20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
11:21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
11:22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
11:23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
11:24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
11:26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
11:27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
11:28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
11:29 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.
11:30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.
11:31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
11:32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
11:35 Jesús lloró.
11:36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
11:39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
11:40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
11:41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
11:42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
11:43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
11:44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir


Todas las historias bíblicas son verdaderas. Quizás la más sobresaliente es la de la resurrección narrada en diferentes momentos.  En Lucas 7:11-16 se relata la resurrección del hijo de la viuda de Naín. En Lucas 8:40-56 el de la hija de Jairo. Pero los dos sobresalientes constituyen el de Lázaro y el de Jesús. Pues pasadas las horas sin circulación sanguínea los tejidos mueren y comienzan a descomponerse.

En el caso de Lázaro fueron cuatro días y en el de Jesús tres.

Los cuerpos descompuestos tienen mal olor y las bacterias generan material en descomposición que se manifiestan con gusanos.

He aquí los milagros de Dios por mano de Jesús.

Cuando Jesús resucita, se desafían las leyes naturales igual que cuando Lázaro se levantó.

Tiene tremenda importancia biológica este hecho y científicamente se pueden argumentar estos hechos y rebatirlos. En Lucas 27.20 se nos cuenta de un grupo que no creían en la resurrección. Miremos quienes eran los Saduceos.

El poder de la resurrección desde el punto de vista humano es espectacular, pero desde el punto de vista espiritual es singular. Solo Jesús como líder religioso asevera que es EL la resurrección y la vida. Ningún otro líder afirma esto y ningún otro ha resucitado.

Pablo en 1 de Corintios afirma en el 15:13,14 que: si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana es también nuestra fe.

Porque en la 1 carta de los Tesalonisenses 4:17 se asegura que los muertos en Cristo resucitaremos primero para ser levantados en gloria ante su presencia.

Tendremos vida eterna en cuerpos resucitados. Esto si tiene sentido.

Dios nos bendiga este día de fe.
Pastor Roberto Proaño

Cielos Abiertos


Lectura bíblica: Mateo 3:13-17
3:13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.
3:14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
3:15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
3:17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Meteorológicamente se suele utilizar la frase “hará un buen día” cuando hay cielo despejado, o “hará un mal día” cuando se previsora que el cielo estará nublado. Para los cristianos, también es una buena noticia ver que los cielos se abran. Dice la Palabra de Dios que cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán, los cielos se abrieron y hubo un gran mensaje de confirmación departe de Dios el Padre.

Muchas veces vivimos con el cielo nublado espiritualmente, estamos bajo la tormenta, es necesario entrar a las aguas una vez más; y qué significa esto de entrar a las aguas sino otra cosa que morir para resucitar nuevamente en Cristo, menguar para que Dios pueda ser exaltado; sólo entonces nuestros cielos serán abiertos y escucharemos a Dios afirmando nuestras vidas: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia.

Preparemos nuestros oídos espirituales para escuchar la voz de Dios afirmando nuestro espíritu, y si el historial de nuestra vida previsora un “mal tiempo” para nuestra casa, negocio o estudio, Dios abrirá los cielos para ti y para mí en esta mañana.

Dios los bendiga.

Ptr. José L. Verdi
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