Vamos avanzando en el conocimiento de las personas que seleccionó Jesús para ser parte de su equipo de trabajo.Petición de Santiago y de Juan
(Mt. 20.20-28)
35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos.
36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga?
37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados;
40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado.
41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan.
42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.
43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Aquí tenemos al primero en ser martirizado y no por eso era el sobresaliente. Según lo narra Hechos 12: 1-5, Herodes lo mató a filo de espada e inició con esto una gran persecución contra los apóstoles.
Hay varios episodios que dibujan el perfil de Jacobo, hermano de Juan, “hijos del trueno”, hijos de un tal Zebedeo.
Por ejemplo cuando pidió que lloviera fuego del cielo, Lucas 9: 51-56. La escena se pinta cuando Jesús se estaba preparando para pasar por Samaria y se dirigía a Jerusalén para celebrar la pascua final, y se celebraría la última cena con los apóstoles.
Es notable que Jesús insistiera en el paso por Samaria, tal como sucedió con la entrevista de la mujer Samaritana, a pesar de saber sobre los inconvenientes y malas relaciones entre estos dos pueblos. Hay una historia que recordar según 2 Reyes 17: 24-34 en donde los nuevos pobladores de estas tierras eran leales al rey de Asiria, de esa manera se produjo una mezcla de entre los israelitas que quedaron allí y los paganos que llegaron. El rey en el afán de corregir al pueblo envió un sacerdote que les enseñara y el resultado fue una mezcla de verdades y paganismo, 2 Reyes 17:28-33
Jesús en consecuencia no era bien recibido en esas tierras, porque el monte Gerizin era la herencia samaritana que pretendía pelear contra Jerusalén y si Jesús iba a celebrar la pascua, esto era suficiente para mal tratarlo. Entonces los “boanerges” se encolerizaron y la preguntan a Jesús si les daría permiso para pedir que llueva fuego del cielo, Lucas 9:54.
Aquí cabe una reflexión, cuando le piden que les de los poderes cósmicos para castigar. Jesús había sido demandado antes para hacer lo mismo, Mateo 12: 38-39, y se negó ya que su misión era diferente a la de Elías, no había venido a castigar sino a salvar, entonces les dio una reprensión a Jacobo y a Juan, Lucas 9:55-56
Hay ocasiones en que nos parecemos mas a Jacobo y sus santas iras antes que al Salvador y su amor infinito.
Pastor Roberto Proaño