domingo, 18 de noviembre de 2012

La venida del Reino


Lectura bíblica: Lucas 17: 20-37 ( 20  El Reino de Dios no vendrá con advertencia…)

17:20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
17:21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
17:22 Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
17:23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
17:24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
17:25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
17:26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
17:27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
17:28 Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
17:29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
17:30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
17:31 En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
17:32 Acordaos de la mujer de Lot.
17:33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
17:34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
17:35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
17:36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
17:37 Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.


Al arribar al término de nuestros temas de revisión escatológica hemos guardado dos temas sobre el mismo tópico, el cual es,  el Reino de Dios.

Este pasaje de las sagradas escrituras se inserta en medio los eventos milagrosos que JESÚS realiza junto a sus discípulos y los fariseos que lo acosaban a preguntas.

La inquietante pregunta es ¿cuándo habría de venir el reino de Dios? Por parte de los fariseos. Brillante oportunidad de Jesús para dejar este discurso aclaratorio.

“El reino de Dios no vendrá con advertencia” es la sentencia. De modo que cualquier momento esto puede ocurrir y para ello hay que estar listos si queremos ser parte del mismo.

Sin duda alguna esta respuesta no satisfizo a los fariseos. Ellos pretendían tener fecha, hora y lugar para hacer planes muy humanos. Si esto hubiese tenido todas estas indicaciones podemos imaginarnos los planes de salvación que se promocionarían y sus costos. Basta recordar la disputa entre los discípulos para sentarse uno junto al Señor y los palanqueos de sus madres para lograr una posición distinguida. Mateo 20: 20-28

Es de entender que habiendo saboreado la bendición de estar junto al Señor, cada uno quería prolongar esta permanencia.

Sin embargo habrá que entender la naturaleza de este reino para lo cual me permito señalar algunas características del mismo.

Que Dios nos bendiga a cada uno y nos prepare para ser parte de su reino.
Pastor Roberto Proaño

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La Nueva Jerusalén

Lectura bíblica: Apocalipsis 21: 1-27 (6)
21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
21:7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
21:9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
21:11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
21:12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
21:13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
21:14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
21:15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
21:16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
21:17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.
21:18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
21:19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
21:20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21:21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
21:24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
21:25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
21:26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
 
La impresionante descripción que hace Juan en sus revelaciones, incluye esta de un nuevo orden en la vida. Vale analizar detenidamente los tópicos sobre el nuevo cielo, la nueva tierra, la nueva Jerusalén y desde luego la nueva relación con Dios.
De contraste hemos de mirara lo que tenemos a la mano para apreciar las diferencias.
Cómo entender un nuevo mundo en donde ya no habrá llanto, dolor o tristeza?
Cómo entender que se elimina la miseria humana?
Cuando habla de la esposa del Cordero, se refiere a la iglesia de Cristo, cómo se la presentará?
Y cuando habla de la estructura de la nueva Jerusalén, cómo estará construida, de qué materiales?
Nos invita a pensar que allí no se necesitará de templo, ni de los astros comenzando con le sol y la luna. La luz viene de la gloria de Dios que es suficiente para iluminar.
La pureza y santidad estarán en ese lugar. No habrá nada impuro. Comparemos con lo de hoy y de verdad deja mucho que desear nuestro mundo.
Este será el verdadero paraíso y sus puertas nunca se cerrarán.
Queridos, me parece que sobra la invitación para ser parte de este reino celestial. Te invito a apropiarte de este sueño Juanino, sin duda alguna brinda un corolario feliz para quienes decidan tener a Jesús como su Señor y Salvador.
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