Lectura bíblica: San Marcos 12: 13-27 (27)
Ha sido un hermoso desafío recorrer las páginas de este evangelio.La cuestión del tributo
(Mt. 22.15-22; Lc. 20.20-26)
13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea.
16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César.
17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.
La pregunta sobre la resurrección
(Mt. 22.23-33; Lc. 20.27-40)
18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:
19 Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia.
21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera.
22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer.
23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?
25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos.
26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
Hoy quiero abordar, dos temas trascendentales, que Jesús los presenta a propósito de las divisiones políticas y religiosas de ese entonces.
En la primera sección son los herodianos, quienes ven amenazada la permanencia de sus dominios, por este nuevo rey de los judíos.
La manera de abordar a Jesús es lisonjera, atrevida y embustera. Lo llaman Maestro que ama la verdad, sin temores, que miras el corazón.
La gran pregunta es si es lícito tributar al César o no?
Ante esta tentación disfrazada de buena manera Jesús les obliga a una reflexión y pide que le traigan una moneda.
Al mirarla pregunta de quien es esta imagen y la inscripción?
Le dijeron De César
Debe haber pasado por la cabeza de cada uno la autoridad que gobernaba y a la que estaban sujetos todos los habitantes. De modo que si Jesús decía yo soy el rey al que tienen que tributar, las reacciones de acusación deben haber estado listas.
Lo contrario era decir que el César es el rey y la autoridad se estaría contradiciendo y quedando mal ante todas sus predicas.
La magistral respuesta de Jesús apunta a separar lo material de lo espiritual. Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Hoy recojo esta enseñanza en tiempo de agitación política y les puedo repetir la enseñanza de Jesús. No mezclemos los intereses materiales Vs. los espirituales.
El segundo tema que se aborda es el de la resurrección. Aquí los saduceos son los contradictores, conocedores de la palabra de Dios, le preguntan con un ejemplo bien elaborado.
No esperaban la respuesta del verso 25, la resurrección es un hecho y seremos como los ángeles, quienes no se casan.
Por lo demás en el cielo no habrán muertos, sino vivos resucitados, por eso Dios es de vivos no de muertos.
Pastor Roberto Proaño