Lectura
bíblica: Hechos 12:1-25 (7b) “… Levántate pronto…”
12:2 Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.
12:3 Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.
12:4 Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.
12:5 Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
12:6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.
12:7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
12:8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.
12:9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.
12:10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.
12:11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.
12:12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
12:13 Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode,
12:14 la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
12:15 Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!
12:16 Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos.
12:17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.
12:18 Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro.
12:19 Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.
12:20 Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey.
12:21 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.
12:22 Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!
12:23 Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.
12:24 Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
12:25 Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.
El sermón de
este día tiene íntima relación con el poder de Dios para liberar de la cárcel
al prisionero. Hay quienes están presos de sus prejuicios, de sus recuerdos, de
sus historias y necesitan ser liberados hoy.
Esta
historia se inscribe en un momento de la naciente iglesia en donde el poder del
ES se sentía por doquier.
Pedro sigue
siendo el personaje central, sobre él pesa la orden de captura con peligro de
muerte inminente. Herodes Antipas es el hijo del Herodes el Grande, malvado por
generación y tradición. Inmoral delictuoso se granjeaba las simpatías de los
judíos persiguiendo a los cristianos.
En esta
oportunidad tomó preso a Pedro y le asignó guardias para su custodia.
En medio de
lo insalvable Dios envía un ángel para liberar a Pedro, en tal circunstancia
que ni el mismo creía. El ángel le ordena: LEVANTATE PRONTO…y las cadenas se le
cayeron de las manos.
Aquí lo
simbólico resulta ser que estar preso es tener atadas las manos, me pregunto
porqué este hecho sigue siendo la manifestación de impotencia y esclavitud? En
respuesta se me ocurre comparar lo que
se puede hacer cuando las manos están sueltas y libres. Pensemos como nos sirve
para escribir, comer, asearnos, saludar, cobrar, pagar, orar, asir, conducir,
acariciar, palpar, etc. Y cuánto nos limita para vivir en libertad.
Herodes no
soporta la burla de la libertad de Pedro y se enojó contra los de Tiro y Sidón.
Perdido en su coraje durante una fiesta en homenaje a Claudio, arengó a la
gente y las multitudes gritaban ¡VOZ DE DIOS Y NO DE HOMBRES! Dando a entender
que la soberbia de este rey había llegado al extremo. Al instante cayó muerto y
fue comido de gusanos.
Pedro queda
libre, Herodes queda muerto.
En nuestras
vidas hay hechos o personas que nos tienen presos. Dios quiere librarnos y nos
dice LEVANTATE PRONTO, qué vamos a responder. Dios hará el resto.