Lectura bíblica: Jueces 8: 20-35 (7:9)
Para el buen lector bíblico, Gedeón es el símbolo del instrumento de Dios que, se parece en mucho a nosotros.
Cuando Dios lo llama a servirle como soldado y jefe de la tropa, el se reconoce limitado y sin capacitación para esa tarea. Pide pruebas a Dios para estar seguro que no es alucinación suya ni automotivación de ser el libertador porque le agobiaba la presión de los madianitas, ladrones y destructores. Revisemos el capítulo 7 de los Jueces y lo entenderemos.
Pero esta mañana quiero enfocar lo que se nos olvida de esta historia, lo que no nos gusta porque quizá nos duele más que lo primero.
Después de librar la batalla y triunfar sometiendo al enemigo se nos puede pegar en las manos lo que no debemos topar.
Seguramente UD ha escuchado de los tesoros que quedan después de la conquista y que Dios dispuso no tocar ni usar, a esto se llama anatema.
Miremos un ejemplo de esto en el libro de los Jueces 6: 17-18 entonces entenderemos lo que es el anatema.
Ahora regresemos a nuestra lectura en Jueces 8, cuando la guerra había terminado y perseguía a Zeba y Zalmuna hasta darles muerte, pero luego toma del anatema y en el verso 27 se afirma que este anatema en forma de efod fue tropezadero a Gedeón y su casa.
Yo no sé cual es tu guerra y si ya las ganaste pero cuídate de no quedarte con la gloria para ti, peor hacer tropezadero con tu vida.
Dios te bendiga
Pr. Roberto Proaño
8:20 Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Pero el joven no
desenvainó su espada, porque tenía temor, pues era aún muchacho.
8:21
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el
varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y
tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
8:22 Y los
israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues
que nos has librado de mano de Madián.
8:23 Mas Gedeón respondió: No seré
señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.
8:24 Y les dijo Gedeón: Quiero haceros una petición; que cada uno me dé los
zarcillos de su botín (pues traían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
8:25 Ellos respondieron: De buena gana te los daremos. Y tendiendo un manto,
echó allí cada uno los zarcillos de su botín.
8:26 Y fue el peso de los
zarcillos de oro que él pidió, mil setecientos siclos de oro, sin las planchas y
joyeles y vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián, y sin los collares
que traían sus camellos al cuello.
8:27 Y Gedeón hizo de ellos un efod, el
cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras de ese
efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa.
8:28 Así fue
subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar
cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.
8:29 Luego
Jerobaal hijo de Joás fue y habitó en su casa.
8:30 Y tuvo Gedeón setenta
hijos que constituyeron su descendencia, porque tuvo muchas mujeres.
8:31
También su concubina que estaba en Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre
Abimelec.
8:32 Y murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez, y fue sepultado
en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.
8:33 Pero
aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse
yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit.
8:34 Y no se
acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos
sus enemigos en derredor;
8:35 ni se mostraron agradecidos con la casa de
Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a
Israel.
Para el buen lector bíblico, Gedeón es el símbolo del instrumento de Dios que, se parece en mucho a nosotros.
Cuando Dios lo llama a servirle como soldado y jefe de la tropa, el se reconoce limitado y sin capacitación para esa tarea. Pide pruebas a Dios para estar seguro que no es alucinación suya ni automotivación de ser el libertador porque le agobiaba la presión de los madianitas, ladrones y destructores. Revisemos el capítulo 7 de los Jueces y lo entenderemos.
Pero esta mañana quiero enfocar lo que se nos olvida de esta historia, lo que no nos gusta porque quizá nos duele más que lo primero.
Después de librar la batalla y triunfar sometiendo al enemigo se nos puede pegar en las manos lo que no debemos topar.
Seguramente UD ha escuchado de los tesoros que quedan después de la conquista y que Dios dispuso no tocar ni usar, a esto se llama anatema.
Miremos un ejemplo de esto en el libro de los Jueces 6: 17-18 entonces entenderemos lo que es el anatema.
Ahora regresemos a nuestra lectura en Jueces 8, cuando la guerra había terminado y perseguía a Zeba y Zalmuna hasta darles muerte, pero luego toma del anatema y en el verso 27 se afirma que este anatema en forma de efod fue tropezadero a Gedeón y su casa.
Yo no sé cual es tu guerra y si ya las ganaste pero cuídate de no quedarte con la gloria para ti, peor hacer tropezadero con tu vida.
Dios te bendiga
Pr. Roberto Proaño
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