El mensaje a Laodicea
14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la verg:uenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Se trata de una iglesia orgullosa ¡que daba asco!
Un terremoto en el año 60-61 aC. acabó con esta ciudad que era muy rica por su actividad comercial.
Mientras las otras ciudades recibieron ayuda para reconstruirse, Sardis por ejemplo, esta ciudad orgullosa no lo hizo y juntaron los hombres ricos para reconstruirla. Este fue su orgullo.
El verso 14 muestra a Cristo como el Amén, el testigo fiel y veraz y “el soberano de la creación de Dios”. Isaías 65:16 hace alusión al Dios del Amén.
El verso 15, en contraste con el Amén, muestra que eran tibios. El título de “soberano” presupone un gran conocimiento. Esto lo mostraremos en la lectura del libro de Colosenses 4:16 y 2:1-7
El verso 16 nos lleva a reflexionar sobre el porque de este ejemplo y la explicación es geográfica. Laodicea estaba rodeada de ciudades que tenían vertientes de aguas, unas calientes (Hierápolis) y otras frías (Colosas) pero curiosamente las aguas que desembocaban en esta ciudad eran nauseabundas y tibias llenas de minerales que la hacían no consumibles.
El pensamiento del autor refleja el concepto de que lo caliente es lo óptimo, lo tibio es malo y lo frío lo peor.
El diagnóstico de su mal se resume en el verso 17 con los calificativos de desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Lo hermoso de estas observaciones es que abre una posibilidad de respuesta que exige, reconocimiento del pecado, arrepentimiento y perdón del mismo. Entonces se abrirá la puerta para recibir al Señor de Señores y El participará de los mas íntimos momentos.
Comer juntos es la expresión de máxima amistad. Por esta razón atacaron a Jesús ( Lucas 15:2).
Juan 13:23 nos muestra la mayor distinción.
Al recibir a Cristo en tu corazón te haces partícipe de su triunfo y su trono en su gloria.
Pastor Roberto Proaño
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