jueves, 4 de febrero de 2016

Una mujer consagrada a Dios

Lectura bíblica: 1 Samuel 1:1-28 (27)

Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.
Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.
Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.
Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,
10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.
14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.
21 Después subió el varón Elcana con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto.
22 Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre.
23 Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó.
24 Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.
25 Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí.
26 Y ella dijo: !!Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová.
27 Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.
28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.
Y adoró allí a Jehová.
En esta oportunidad revisaremos la vida de una mujer que sufre por la esterilidad, no puede tener hijos, nos recuerda lo sucedido con Sara y Abraham.
El nombre de su esposo es Elcana. Este hombre era bígamo, lo cual no significa que la biblia lo muestre como ejemplo a seguirse sino mas bien lo contrario.
Su otra esposa se llamaba Penina, que significa Perla, mientras que Ana significa Gracia.La diferencia sustancial entre estas dos mujeres era que la una tenía hijos y la otra no, lo cual le servía como argumento para molestarla a la segunda. En contraparte dice el relato bíblico que Elcana prefería a Ana a pesar de no tener hijos con ella.
Por un momento haremos abstracción del tema de la bigamia y analizaremos la conducta de estas dos mujeres. La maternidad otorga una distinción a la mujer y una aflicción a la que no puede concebir.
Ser como Penina, no es una distinción. Es una vergüenza que usa esta bendición de ser madre para conseguir beneficios temporales. Provocaba el dolor de Ana porque el Señor no le había dado la oportunidad de ser madre. La hería y le provocaba ira, irritándola y entristeciéndola.
Hoy en día aquellos varones que distraen su vida teniendo hijos fuera del matrimonio, lo que consiguen es levantar ira y entristecerse, para el resto de la vida, a no ser que el Señor les conceda el perdón y sus esposas hagan lo propio.
Por otro lado esta historia nos anima a reconocer que Dios es el Dios de la vida. Miremos lo que hizo Ana en su desesperación. Oró fervientemente a Jehová qué consiguió? Que le responda dándole un hijo en su vientre.
Lo notable es que siendo su único y pretendido hijo, ella lo ofrece a Señor y este hijo llamado Samuel (Dios escuchará) es entregado a tierna edad en el templo para que sea educado y llegue a ser el último de los jueces de Israel.
A Samuel le corresponde educarse con Elí, pero su carácter y dedicación la tuvo de su madre. Aun es un ejemplo para los hijos del sacerdote que, eran un ejemplo de lo peor, me refiero a Ofni y Finnes.
El día de hoy conviene preguntarse que modelo de mujer seguimos y que dedicación hemos hecho de nuestros hijos.

Pastor Roberto Proaño

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