La figura de león
Lectura bíblica: Amós 3:1-8 (3)
3:1 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros,
hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto.
Dice así:
3:2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la
tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.
3:3
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? 3:4 ¿Rugirá el león
en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si
no apresare?
3:5 ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador?
¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo?
3:6 ¿Se tocará
la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la
ciudad, el cual Jehová no haya hecho?
3:7 Porque no hará nada Jehová el
Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
3:8 Si el león
ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?
AMOS, quiere decir "el que lleva la carga", de manera que estudiaremos la vida de este profeta desde este significado y desde la perspectiva en que Dios le encarga hablar sobre las desigualdades sociales. Seguramente el sería un graffitero el día de hoy, escribiendo en los muros y paredes, reclamando por las injusticias sociales, denunciando como los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres, todo por obedecer lo que Dios le ha mandado a decir al pueblo.
El pasaje inicial de este considerando, marca varias señales útiles para la vida de los cristianos el día de hoy. Miremos algunas:
Cap. 3 verso 3 ¿Andarán dos juntos si no estuviesen de acuerdo?; verso 4, "¿Rugirá el león en la selva sin haber presa?, verso 8 Si el león ruge, ¿quién no temerá?, Si habla Jehová el Señor, ¿Quién no profetizará?
Luego, asumiendo plenamente el rol de denuncia, Amós muestra que Israel había ido tras las riquezas (8:5), surgió una clase alta (4:1-3), se construyeron unas casa costosas (3.15; 5:11; 6:4,11)
Los ricos vivían una vida indolente e indulgente (6:1-6) mientras los pobres eran explotados (2:6-7; 5:10-13; 8:4-6)
Todo esto curiosamente se hacía en medio de un fervoroso ambiente religioso (4:4; 5:5; 8:3.10).
Retomo mi pensamiento inicial al mirar la figura del león. Ya lo hemos dicho antes. Satanás es el impostor y suele confundirnos con su lenguaje porque usa los mismos símbolos y figuras.
Mientras la Palabra de Dios nos dice que Jesús es el León de Judá, la raíz de David que ha vencido, el diablo es el león rugiente que está buscando a quien devorar.
De la misma manera, Dios manda a denunciar las injusticias y predicar el arrepentimiento para salvación, Satanás manda a denunciar para venganza y condenación.
Esta es la diferencia de mi revolución con Cristo y sin Cristo.
Dios ama al pecador.
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