Lectura
bíblica: Mateo 13: 24-30
13:24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;13:25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.13:26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.13:27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?13:28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?13:29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.13:30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Entre
las señales que anuncian la segunda
venida de Cristo se encuentra esta que se describe muy bien en el evangelio
según San Mateo y se la puede completar con las descripciones de Lucas respecto
a la parábola del sembrador y las tres clases de tierra en el capítulo 8.
El
crecimiento de la iglesia de Jesucristo es innegable, pero también lo es el de
la pseudo-iglesia cristiana, la que adopta diferentes nombres según las
culturas y los hemisferios en que se establezcan.
Esta
mañana quiero presentarles datos que revelan el crecimiento de la iglesia
cristiana, pero también quiero mencionar lo que sucede con las sectas.
La
parábola del trigo y la cizaña describe muy bien este fenómeno y otros pasajes
de las sagradas escrituras nos advierte sobre las acciones de los falsos
maestros y profetas de este mundo que mutilando la verdad engañaran a muchos.
De
la misma manera nos instruye y nos guía de la forma en que debemos proceder con
estos grupos que son la cizaña de este mundo.
La
sana doctrina es el gran desafío de la iglesia de hoy. Debemos estar listos
para sufrirla, anunciarla y proclamarla a todos sabiendo que el ES obra en
todos con poder.
Dios
nos bendiga y nos guarde en su mano, tal como lo menciona el Salmo 31 cuando
dice “en tus manos están mis tiempos”.
Pastor Roberto Proaño
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