viernes, 9 de septiembre de 2011

La obediencia

Lectura bíblica: Hechos 5: 29-39 (29)





5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. 5:30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 5:32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. 5:33 Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos. 5:34 Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, 5:35 y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. 5:36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. 5:37 Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. 5:38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 5:39 mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.


Luego de haber abordado el tema del amor y el respeto, quiero presentarles una reflexión sobre la obediencia.
Desde el Génesis este es un tema transversal que cruza hasta el Apocalipsis.
En el Edén cuando todo era un paraíso, fue la desobediencia la causa del desastre. Reiteradas veces hemos visto al pueblo de Israel, desobedecer y pagar las consecuencias por esta razón.
En el N. Testamento, el tema de la obediencia se vuelve supremamente importante. Vemos aquí en el libro de los Hechos de los Apóstoles que la conminación es OBEDECER a DIOS antes que a los HOMBRES.
Llama también la atención que está admonición se repita en el libro a los Efesios en el capítulo 6 verso 1 y 5. Primero pidiendo a los hijos OBEDECER a sus padres EN EL SEÑOR y a los siervos OBEDECER a los amos con temor y temblor.
Con su permiso voy a invertir el orden y les hablaré de los casos respectivos a la luz de la Biblia.
El no obedecer al jefe, implica desacato de la autoridad. Hoy en día el mundo ha perdido el respeto a la autoridad. En el AT no obedecer al rey equivalía a firmar sentencia de muerte.
En el caso de la desobediencia y rebeldía de los hijos, la sanción también era fatal.
En el caso de la desobediencia a Dios, es el extremo del desastre.
Para cualquiera de los casos las consecuencias son funestas, por esta razón en esta mañana dedicaremos nuestro tiempo para revisar si somos obedientes, primero al Señor y luego a nuestras respectivas autoridades comenzando por la casa.
Que Dios nos bendiga grandemente.








Pastor Roberto Proaño

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