miércoles, 18 de julio de 2012

Al otro lado del río


Lectura bíblica: Josué 24:14-25
24:14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.
24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
24:16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses;
24:17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
24:18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.
24:19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.
24:20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien.
24:21 El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.
24:22 Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.
24:23 Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel.
24:24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.
24:25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem.

El pueblo de Israel estuvo 370 años sometido a la esclavitud egipcia. Después de tantas generaciones acostumbradas a vivir una vida de esclavitud, Dios acude al auxilio de su pueblo y los libera. El problema de esta liberación es que para la mayoría sólo fue una libertad física y no espiritual. Dios los sacó de Egipto, pero ellos no pudieron sacar a Egipto de sus corazones. Así, aunque libres, continuaban con sus costumbres de esclavos, pensaban como esclavos, actuaban como esclavos.

Antes de entrar a la tierra prometida, Josué, sucesor de Moisés tiene que confrontar al pueblo que después de 40 años de haber sido liberados de Egipto, aún seguían teniendo el corazón de esclavos. Una vez cruzado el río jordan, exhorta al pueblo a dejar ese corazón de esclavos “al otro lado del río”; porque en este lado del río solamente estarán los que decidan servir a Jehová y ser libres en él.

Cuando entregamos a Dios nuestra vida, él nos libera de la esclavitud del pecado, pero muchos cristianos, aunque libertados por Jesús, aún viven esclavos de sus costumbres “al otro lado del río”. En esta mañana, seamos completamente libres. Que el Espíritu de Dios nos cubra, porque donde Él está ahí hay libertad.

Bendiciones.

Ptr. José L. Verdi

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