En esta revisión de los personajes que constituyen el modelo del liderazgo que Jesús escogió, llegamos a uno que sin lugar a dudas nos mostrará un lado de lo que somos.Jesús se aparece a los discípulos
(Mt. 28.16-20; Mr. 16.14-18; Lc. 24.36-49)
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Incredulidad de Tomás
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
La frase y refrán popular de “ver para creer” se fundamenta en este personaje: Tomás
Dice la biblia que se lo llamaba Dídimo que significa gemelo aunque nos e menciona a su otro hermano o hermana.
Era parte de los doce, sin embargo siempre estuvo un poco atrasado en los eventos importantes, tal es la situación cuando Jesús ya resucitado se presenta al grupo que estaba reunido en circunstancias especiales y Tomás no estuvo presente.
Tomás el incrédulo escucha con atención este hecho y dice que el no creerá a menos que (25) manifiestamente pruebe que es el cuerpo de Jesús.
Se ve que Tomás se juntó al grupo y 8 días mas tarde se repite la escena y Jesús se pe presenta nuevamente y es entonces que Jesús, sabedor del pensamiento de Tomás se le acerca y le ofrece sus manos y su costado.
Tan solo de oír la voz de su Señor lo hace exclamar ¡Señor mío y Dios mío!
Entonces la sentencia desde siempre es que mas bienaventurado es el que no ha visto y ha creído.
La lección encierra mucho sobre le carácter de inseguridad y credibilidad, dejándonos el desafío de la fe como herramienta para ser “creyentes” y no incrédulos.
Revisemos lo que dice el libro a los Hebreos sobre la fe y califiquemos nuestra fe para saber hasta donde se compadece de nuestra condición para ser creyentes.
Por otro lado no se puede ser creyente parcial o selectivo. Si creo en un Jesús que resucitó y que viene nuevamente, debo creer que es el mismo de ayer y que todo lo puede.
Este es mi Jesús, cuál es el tuyo?
Pastor Roberto Proaño
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