Este poderoso pasaje de las sagradas escrituras, tiene mucho que enseñarnos.
Trataré de simplificarlo para nuestra mejor comprensión.
El
personaje representado aquí como etíope nos obliga a reconocer una
historia bíblica que comienza con Cus allá en el AT (Gn. 10:7) en el
territorio vecino a Egipto y que se menciona en varias oportunidades
como en Isaías 20:3-6; 43:3 Ezequiel 30, Daniel 11:43.
Candace es la reina cuyo tesorero se menciona en la historia de los Hechos cap 8.
Aparentemente
este etíope fue a Jerusalén a rendir culto a Dios lo cual nos indica
que era judío por religión, situación que la compartían muchos etíopes
de esa época. El evangelio se difundió en medio de esta comunidad hasta
que en el siglo IV se traduce la biblia del griego al antiguo idioma de
Etiopía.
Esta descripción nos ayuda a entender el diálogo entre
Felipe y el etíope y el porque tenía un rollo de las sagradas
escrituras.
Lo notable es como pide explicaciones sobre un pasaje
como el de Isaías, dando la oportunidad de conocer el mensaje de
salvación.
Dice la historia que mirando alrededor se advirtió la
presencia de un poco de agua y preguntó que le impide para ser
bautizado, a lo que el discípulo de Jesús le dijo, nada impide y lo
bautizó.
La enseñanza como hemos dicho varias ocasiones es que se
necesita entender porque me bautizo y nada mas. Si tu crees en Jesús y
lo aceptas como tu Salvador puedes bautizarte y contar a todo el mundo
que es tu Señor.
Dice el mundo de la arqueología que el sitio en donde se bautizó el etíope corresponde al sitio en donde David venció a Goliat.
Si
esto es cierto entonces podemos decir que cada vez que nos bautizamos
libramos una batalla espiritual y que estamos convocados a la pelea
siendo mas que vencedores.
Pastor Roberto Proaño
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